Desde el 29 de enero (2014) la Casa Proartes abre nuevamente su sala de exposiciones con la exhibición individual de la maestra María Thereza Negreiros, artista brasilera, egresada de la Universidad de Rio de Janeiro, quien vive en Cali desde 1954.
Exhibe individualmente desde 1954. Ha realizado exposiciones unipersonales en Washington, Río de Janeiro, Londres, Tokio, Manaus, Miami, además de las principales ciudades de Colombia.
Ha participado en muestras colectivas desde 1960 y hasta el momento ha sido incluida en más de ochenta en diferentes países como Brasil, Argentina, Estados Unidos, Canadá, España, Panamá, Francia, Cuba, Alemania, Japón, China, Corea del Sur, Israel, Ecuador, Guatemala y Colombia.
Desde finales de la década del setenta del siglo pasado María Thereza Negreiros retornó al óleo sobre lienzo después de tener experiencias múltiples con materiales y formatos en los años sesenta y el primer lustro del decenio siguiente. Después de permanecer cinco años en el corazón amazónico que la vio nacer y donde estaban todas sus raíces familiares resolvió realizar conjuntos en homenaje a la selva en los distintos aspectos que su paisaje ofrece. La gran serie amazónica está compuesta no sólo de selvas verdes sino de Igapós, Correntesas, Ocasos, Incendios, Ríos y Canaranas, Quemas, Incendios nocturnos, Avilhanas y Selvas floridas.
Para esta su primera exhibición individual en Casa Proartes se ha seleccionado un grupo de obras que ilustran esta obsesión por la naturaleza que ha ocupado el interés de su producción en las últimas décadas hasta hoy. El primer piso está dedicado a la serie Selva Florida, que celebra la florescencia multicolor en el trópico con la llegada de las lluvias y el sol radiante. La naturaleza se dispone a desplegar señales de fertilidad no solamente en las plantas que producen flores sino que propician la polinización tan importante para la continuación de otras especies.
Los colores variados, vivos y contrastados parecen ser los protagonistas de una pintura rápida, con pinceladas acuciosas que van generando un entramado sugestivo y vivaz. María Thereza Negreiros no reconstruye las plantas ni edifica nuevamente pétalos y hojas. Propone una impresión de conjunto donde las formas se abstraen pero sin embargo ilustrar la intención de revelar esos grandes jardines naturales que van brotando por voluntad propia.
La sala superior acoge Correntesas, Igapós y Avilhanas, accidentes que el río provoca gracias a las aguas cambiantes y a las inundaciones. La movilidad del abundante caudal, las lluvias y la evaporación ofrecen siempre sorpresas y hacen que la naturaleza mute y siga un curso inusitado para su existencia. Las pinturas recogen ese sentimiento de cambio y permanentes transformaciones que hacen que la selva esté allí pero nunca sea igual.
La exhibición desea ofrecer un trabajo coherente y oportuno que reflexiona y documenta este pedazo de geografía que muchos consideran el pulmón del mundo y que sin embargo se encuentra amenazado. Su relación directa y el conocimiento de primera mano del paisaje y problemática también son valores agregados a esta propuesta de una artista consecuente y puntual.
